Santa, sensacional salsera mexicana:
¡Verdadera competencia
para la India!
Por Miguel «Mickey» López Ortiz
De Mis archivos de Artistas
Quienes hayan visto y escuchado a Ana Lydia Degyves Serrano o, encillamente, Santa para el
público, hoy están convencidos de que el día que Celia Cruz ya no recorra los senderos de la clave
antillana tendrá muy dignas sucesoras. Y, también, una fuerte aspirante a la corona de «La Reina de
la Salsa».
Lo significativo e interesante de esta explosiva intérprete es el hecho de que no es cubana,
puertorriqueña, colombiana o proveniente de alguna de las tierras donde impera la gama salsera.
Santa es mexicana, nacida en Acapulco, el 4 de diciembre de 1972 (cuenta 23 años), y su incursión
en la salsa aconteció, apenas, a principios de 1995.
“Todavía no llevo dos años dedicada exclusivamente a la salsa, pero sí llevo seis de carrera,
siempre como solista. Nunca formé parte de grupos ni orquestas. Antes interpretaba de todo:
baladas, boleros, rancheras, cumbias… y me presentaba en palenques, bares, restaurantes y
dondequiera que me llamaban. Hasta que un día monté un par de números de salsa para ampliar
mi repertorio y me sentí tan bien y tan cómoda interpretándolos, que yo misma me pregunté: ‘¿por
qué no me he dedicado a esto antes?’ De ahí en adelante decidí darle un giro a mi carrera y
convertirme en salsera”, nos cuenta esta escultural morena, quien recién estuvo en Puerto Rico
presentando su segundo álbum, XXXXXX (Fonovisa, XXXXX) durante la Convención Radio &
Música que se celebró en el Hotel Caribe Hilton.
Santa, fervorosa admiradora de Celia Cruz y Rubén Blades (a quien tuvo oportunidad de conocer
en persona, precisamente, durante los instantes en que realizábamos esta entrevista), admite, empero,
que hubo quienes la estimularon a dar el cambio sin meditarlo mucho.
“Una de esas personas fue Zamorita, un actor cómico cubano que conoce bastante sobre esta
música. Él me dijo: ‘tú tienes que ser salsera’. Y, como desde el principio no tuve problemas con la
clave y siempre tuve habilidad para improvisar, el cambio se dio fácil. Aparte de que, como buena
costeña que soy, nací con la imagen de salsera: morena y jacarandosa. Ahora estoy en lo mío,
echándole muchas ganas y poniendo el corazón para ganarme el respeto del público”, expresa
enfática e irradiando entusiasmo.
“Aspiro a ser considerada «La Celia Cruz Mexicana»
y merecerme ese título”, declara la también fogosa bailarina.
Esta simpática artista, cuya promoción internacional ha arrancado con el tema Corazón de acero (original
del dominicano Luis Kalaff y popularizado hace 30 años por su compatriota Sonia López con la Sonora
Santanera) manifiesta, por otro lado, su interés en proyectar su carrera desde Nueva York o Puerto Rico,
pues todavía su patria no ha emergido como una plaza salsera verdaderamente fuerte.
“Quiero crecer artísticamente trabajando con las figuras grandes de esta música. Porque, aunque
confío en mi talento y el pdblico me demuestra cuánto le gusta lo que hago, sé que tengo mucho
que aprender todavía. Por eso, para mí disco procuré los mejores músicos de Puerto Rico. Jackie
Lera, un percusionista dominicano residente aquí, fue el productor”, agrega.
Tendrá mucho que aprender… pero ¡vaya que la chica ha impactado! Luego de su participación en el
showcase de Fonovisa en la antes mencionada Convención, lo comentarios de los espectadores no
podían ser más halagadores: “¡Esa muchacha canta más que la India!”, afirmaban algunos.
“Nunca imaginé que una mexicana pudiera cantar salsa de esa manera”, expresaba el popular
Frankie Bibiloni, mientras que el veterano promotor Pepe Torres Bernier aseveraba convencido
que “esa mujer va a ser una estrella”.
─ ¿Por qué adoptaste el nombre artístico de Santa?, preguntamos a la artista.
“Yo no lo elegí, sino mi disquero. Pero, me gusta. Me seduce pensar que el público vaya a verme
como una Santa y se encuentre con una diabla”, responde pícaramente.
─ ¿Cuál es tu máxima meta en el mundo musical?
“Aspiro a ser considerada «La Celia Cruz Mexicana» y merecerme ese título”.
NOTA: esta entrevista, realizada en el recibidor del Hotel Caribe Hilton, apareció originalmente en
la edición 477, de la revista Artistas, en septiembre de 1996.
M.L.O. / KTAB.
Abril de 2013.

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