Gerald Paul Marín (1920-2011): otro gigante
de la escena que se nos adelantó en la partida…
Creó y dirigió obras consideradas
clásicas del teatro nacional
Miguel «Mickey» López Ortiz
De Mis Archivos de Artistas
Este ilustre boricua (n. en Arecibo, junio 29, 1920 − m. en San Juan, febrero 24, 2011) ganó
reconocimiento como uno de los grandes dramaturgos nacionales de su generación. Durante sus
comienzos fue actor y luego se concentró en las facetas de escritor y director. Su formación como
profesional de la escena fue en la Universidad de Puerto Rico, donde estudió Literatura y formó
parte del primer Grupo de Teatro creado por Leopoldo Santiago Lavandero en el entonces recién
creado Departamento de Drama.
La estela de éxitos que se acreditaría a lo largo de su trayectoria tuvo como génesis la representación,
en 1958, de Retablo y guiñol de Juan Canelo, trilogía de farsas compuesta por Los cuentos de
Caliche, Las beatas de Cantalicio y Pasión y ridícula muerte de Juan Canelo. En las mismas
estableció un juego escénico enlazado con el estilo de la farsa italiana en las que muñecos
aparentemente cándidos son capaces de proyectar sus inquietudes respecto a los problemas sociales y
políticos de nuestro País.
Aquel año, precisamente el más fructífero de su carrera, también estrenó, en la Sala Teatro del
Ateneo, la obra dramática en tres actos Al final de la calle, inspirada en el fallido asalto nacionalista
a La Fortaleza en 1950, así como La farsa del amor compradito en 1960. Esta comedia se repondría
en el Teatro Tapia como parte del Décimo Festival de Teatro Puertorriqueño establecido por el
Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP).
En el interín y en el marco del antes mencionado evento, Gerald Paul Marín estrenó, entre otras
obras: En el principio la noche era serena (1960); Cuentos, cuentos y más cuentos, que creó para el
Teatro Rodante Universitario, colaboró a su reposición en 2004 y en la que retomó su faceta de
actor (1979); Yo, ella y la otra, monólogo actuado por Norma Candal en el marco del Primer
Encuentro de Actrices que Producciones Candilejas presentó en el Teatro Tapia (1980) y
Jaculatorias para una ceremonia de muerte, monólogo inspirado en el bochornoso, repudiable e
indignante crimen cometido por la Policía contra Adolfina Villanueva Osorio, de 34 años, asesinada
frente a sus hijos y a la casita donde había pasado toda su vida, frente al mar en el pueblo de Loíza,
por resistirse a un desahucio forzoso el 6 de febrero de 1980. El claro propósito del Gobierno era
reubicar a los pobres que ocupaban terrenos que eran codiciados por los ricos que anhelaban plantar
allí comercios y residencias playeras.
Estaba casado con Lilianne Pérez Marchand desde 1947. Ella le sobrevivió. tuvieron una hija,
Carmen Liliana, fallecida varios años antes.
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