«Genovevo»

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Mi tributo a «Genovevo»,
el artista que no conocí


Cuando yo cursaba el cuarto grado en la Escuela Elemental Anexo Sifre, de San Sebastián del Pepino, se puso de moda el llamado Álbum de personajes. Se me ocurre pensar que muchos de mis contemporáneos, cincuentones e, incluso, más maduritos, lo recordarán perfectamente. Se trataba de una libreta llena de espacios en blanco (300 en total) que se llenaban con estampillas que mostraban fotos de los artistas más populares de la época. La mayoría, puertorriqueños, cubanos y mexicanos, más unos cuantos argentinos y españoles. Aquellas estampillas, un poquito más grandes que un sello de correo regular, se vendían por pares en un sobrecito que traía un chicle por el precio de dos centavos. La libreta se vendía aparte, no recuerdo bien si por cinco o diez centavos.

El asunto es que mi papá me compró la libretita ¡que todavía conservo! − y, para comenzar a llenarla, dos sobrecitos de estampillas. Jamás olvidaría que las primeras cuatro fueron las que tenían las imágenes de los actores dramáticos Manuel Pérez Durán y Roberto Rivera Negrón, el cómico mexicano Fernando Soto «Mantequilla» y«Genovevo». A los tres primeros tuve oportunidad de entrevistarlos durante mis primeros tiempos como director de la revista Artistas. Del cuarto, que ya había fallecido, no tendría referencias durante muchos años, excepto que su rostro apareció en una de las referidas estampillas. Pero, fue suficiente para que despertara y se mantuviera mi curiosidad sobre su figura.

A través de los años logré recopilar alguna información suya a base de testimonios de algunos artistas que lo conocieron y compartieron con él en las lides faranduleras. Pero, les confieso que, hasta el presente, jamás he tenido la suerte de ver algún pietaje que perpetúe su paso por nuestra pantalla chica. Aun así, me propuse rescatarlo para la historia entrevistando a los hermanos que le sobreviven, pues no existía documentación escrita detallada sobre su existencia. El siguiente escrito, que aporté a la Fundación Nacional para la Cultura Popular, fue subido a su portal de Internet www.prpop org, bajo el titular Genovevo en el recuerdo de su pueblo, el 23 de enero de 2010. Para entonces, recién se cumplían 51 años de su fallecimiento, acontecido el 5 de enero de 1959.

Como considero que se trata de un merecido y necesario tributo a quien estaba encaminado a brillar como estrella de nuestro firmamento artístico, pero el destino le negó esa dicha,  también he querido que aparezca en nuestro portal.   


Edwin Gutiérrez Franco «Genovevo» (1936-1959):
una promesa artística
boricua ida a destiempo
 
Una de las carreras artísticas más breves apenas dos años (1956-1958) pero a la vez más vertiginosas que registra el ambiente artístico puertorriqueño, fue la de Edwin Gutiérrez Franco, talentosísimo comediante a quien no pocos de sus admiradores y compañeros en el quehacer televisivo visualizaban como sucesor del entonces recién fallecido Ramón Rivero «Diplo» (1909-1956).

El público lo conoció mejor por su remoquete de «Genovevo», que le fue estampado a raíz de que se incorporara a la legendaria “Piña de Tommy Muñiz”, como los artistas nacionales identificaban a los afiliados a los programas que ese inolvidable productor, actor y libretista había implantado en WAPA TV / Canal 4. «Genovevo» fue el personaje que don Tommy concibió para él y que nuestro reseñado fue capaz de desarrollar en tiempo récord. Se trataba de un chico bobo pero locuaz cuya vis cómica radicaba en su hablar fañoso.

El 5 de enero del presente se cumplieron 51 años de la prematura desaparición de este artista de quien tanto se esperaba. Su fallecimiento, a consecuencia de cáncer renal, aconteció en el Hospital Presbiteriano luego Ashford Medical Center en el sector santurcino de Condado, cuando apenas contaba con 22 años. No queríamos dejar pasar por alto esta conmemoración y, fieles a nuestra misión de enaltecer y no dejar caer en el olvido a nuestros valores patrios, hoy ofrecemos a nuestros lectores un repaso de su trayectoria.

Edwin Gutiérrez Franco «Genovevo» nació en Ponce, el 14 de agosto de 1936. Fue el quinto de los ocho hijos procreados por el matrimonio que formaron Pedro Gutiérrez Morales y Petra María Franco Santiago. Su formación artística fue totalmente autodidáctica. Hizo sus pinitos siendo niño participando en los montajes teatrales estudiantiles que se realizaban en el Colegio Ponceño. También le gustaba cantar y fue dentro de esta faceta que, en algún momento de su breve existencia, anheló descollar.

Myrta Silva y Genovevo
“Cuando todavía era un nene, entre 1949 y 1950, él participó en la obra ‘El anticuario’, que la Compañía Lope de Vega, que era muy famosa, presentó en el Teatro La Perla. Entiendo yo que si una agrupación dramática como esa, tan importante, lo seleccionó para darle un papel, fue porque los que la dirigían lo consideraban muy bueno. Después, él y yo formamos parte de un grupito de cantantes aficionados en la Ponce High”, nos cuenta su hermano Freddy, quien sí lograra destacarse como vocalista, habiendo pertenecido a reconocidas orquestas, muy especialmente la de César Concepción cuando esta era la de planta del Hotel Flamboyán y, posteriormente, ya fallecido su líder, bajo la batuta de Nicolás Nogueras.

Luego de concluir sus grados académicos regulares, Edwin Gutiérrez ingresó al Colegio de Agricultura y Artes Mecánicas de Mayagüez (CAAM). En ese recinto también participó en algunos montajes teatrales. Pero, convencido de que su verdadera vocación estaba muy alejada de la Agronomía o la Ingeniería, abandonó aquellos estudios y marchó a Nueva York para adiestrarse como camarógrafo, técnico y director de televisión en el American Radio & Television Arts Workshop. Esta vez sí logró obtener el correspondiente diploma.

Tommy Muñiz lo llamó para que se presentara como cantante
en El show del mediodía, pero se trataba de una trampa,
pues su intención era contratarlo como comediante.

“Sin embargo, aunque a Edwin le encantaba todo ese campo, sus ilusiones no estaban detrás de las cámaras. Él quería destacarse como artista. Un día Tommy Muñiz, quien ya tenía referencias suyas, lo llamó para que, supuestamente, cantara en El show del mediodía. Pero, era una trampa que don Tommy le había preparado. Porque, cuando empezó a cantar, lo ‘colgó’ para imponerle el castigo de exhibirse cargando un cartel en la Plaza Colón, en el Viejo San Juan. El mismo decía algo así como ‘Estoy castigado por El show del mediodía’. La realidad era que a Tommy Muñiz lo que le interesaba era tenerlo en sus programas, pero como cómico y Edwin aprovechó aquella experiencia para demostrar el talento que tenía para la comedia”, prosigue narrándonos Freddy.

Resalta, además, el dato de que, en 1958, durante la entrega de los premios Agüeybaná de Oro, concedidos por el Festival de Popularidad Codazos que instituyera el locutor y productor cubano Osvaldo Agüero Fernández, su hermano cargó con el correspondiente a Comediante del Año que le entregó Myrta Silva mientras que él recibió el de Cantante Revelación. La gala de premiación se celebró en el Teatro de la Universidad de Puerto Rico.

Por su parte, el mayor de sus hermanos varones, Pedro Jr., comenta:

“Yo nunca he conocido a otra persona que tuviera tanta gracia para hacer chistes como Edwin. Él le sacaba punta a todo y quien lo veía, se ‘moría’ de la risa. Sin que me quede nada por dentro, me atrevo decir que, en sólo dos años, el logró lo que a otros comediantes les tomó o les hubiera tomado 20. Imagínense: en 1958 fue con un grupo de artistas al Teatro Puerto Rico, de Nueva York, donde un productor de cine mexicano lo vio haciendo su rutina cómica y cantando en inglés y rápido quiso llevárselo para México para trabajar en películas. Si nos se nos hubiera ido tan pronto, tarde o temprano lo hubiera hecho. ¡Habría llegado muy lejos!”

Además de sus participaciones de lunes a viernes en Telefiesta de la tarde nombre original de El show del mediodía, rebautizado así en 1963 −, Tommy Muñiz encomendó a Shorty Castro los libretos para un espacio en pudiera lucirse como figura estelar: Catorce días alrededor del mundo. En sus presentaciones, tanto televisivas como personales, solía utilizar como contrafigura a su compueblano Carlos Rubén Ortiz o al cubano Raúl Delgado Cué.

Muy poco tiempo antes de su deceso, contrajo matrimonio
con Maritza Ruz, cantante de la orquesta de César Concepción.

Norma, la mayor de los ocho hermanos, recuerda que mientras estuvo recluido en el Hospital Presbiteriano, Tommy Muñiz y José Miguel Agrelot lo visitaban a diario.

“Don Tommy lo quería muchísimo y se portó maravillosamente con él. Nunca dejó de pagarle su sueldo y hasta manifestó su disposición de donarle un riñón. Son cosas que uno, como familia, no puede olvidar”, expresa con emoción.

Ya encontrándose muy enfermo, «Genovevo» contrajo matrimonio con la cantante Maritza Ruz, quien coincidiera con su hermano Freddy en la orquesta de César Concepción y, posteriormente, fuera vocalista del combo del pianista Johnny Conquet, con quien luego se casó.

Este ilustre ponceño, ido a destiempo, fue enterrado en el Cementerio Municipal de Ponce y al lado de su tumba aparece un busto que recrea su figura, cuyo costo fue sufragado por varios de sus compañeros artistas. El mismo fue entregado a la familia de «Genovevo» por Shorty Castro, uno de sus compañeros en la producciones de Tommy Muñiz.

MLO / enero 18, 2010.

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