Roland Hilda (1946-1991) en mi recuerdo:
Videojockey pionero de la TV hispana en Estados Unidos
La personalidad que nos ocupa en este momento fue un carismático, visionario e incansable,
presentador y productor de televisión y empresario discográfico francés (n. en París, septiembre 16,
1946 ̶ m. en Los Ángeles, California, EE.UU, mayo 8, 1991) que sería recordado como uno de los
videojockeys (VJs) pioneros en la pantalla chica hispana de Estados Unidos, específicamente a través
de los programas En vivo y Mundo Music, que produjo en KSCI TV / Canal 18 de Los Ángeles,
California, a partir del 30 de mayo de 1983.
Hijo del cantante, violinista, director de orquesta y, posteriormente, agente de artistas Bernard Hilda.
Su madre, Flora Darsa, era inglesa. Su infancia transcurrió en la ciudad norteamericana de
Richmond, Virginia. Allá su progenitor era anfitrión de un espectáculo televisivo y lo incorporó al
elenco habitual del mismo. Entonces, nuestro biografiado apenas contaba tres años de edad. Más
tarde, vivió en Madrid y en Roma, donde su padre mantuvo otros programas de televisión. A los
quince, pasó a ser el baterista de la orquesta que aquel dirigía.
A los 16 años, Ronald Hilda se empeñó en convertirse en fotógrafo y, en su afán por dedicarse a este
oficio por completo y de inmediato, abandonó sus estudios regulares. Ello enojó tanto a sus padres,
que lo echaron del hogar. Durante algún tiempo vivió casi en el desamparo. Pero, poco a poco fue
abriéndose camino en este negocio. De manera independiente cubría conciertos y espectáculos de
cabarets y teatros para luego vender las fotos a periódicos, revistas y a los mismos artistas.
En ese trajín, en 1963 tuvo la suerte de conocer a J.J. Tilshe, presidente de Phillips Records, pues
era el único fotógrafo presente en un evento artístico protagonizado por uno de los cantantes de la
referida compañía. Entablaron amistad y, poco después, al percatarse de su dinamismo, Tilshe le
ofreció empleo como asistente de Producción pagándole el equivalente a $120 mensuales. No tardaría
en ser ascendido a productor.
Seis meses después de su vinculación a Philips Records, descubrió en un concurso de aficionados al
baladista Hervé Vilard. A pesar de que éste lo impresionó gratamente, lo demás ejecutivos dudaron
de su talento. Ronald Hilda insistió tanto en que su representado merecía una oportunidad, que hasta
puso en juego su trabajo: logró que le asignaran para la grabación de lanzamiento ̶ un disco de
cuatro canciones ̶ el presupuesto mínimo ($300)… aunque con la advertencia de que si el debutante
no funcionaba, él tendría que marcharse de la compañía. Pero, no dudó en aceptar el reto. Para su
fortuna, una de las canciones incluidas, Capri c’est fini, rápido encontró cabida en las
programaciones de las radioemisoras parisinas. Luego de toda Francia, colocándose en las primeras
posiciones de los escalafones de popularidad. Entonces la disquera se apresuró a fortalecer su
promoción. En pocos meses, Capri c’est finí se convirtió en éxito mundial y Hervé Vilard en el
primer ídolo juvenil de Philips Records en Francia. Gracias a aquel significativo acierto, a Ronald
Hilda se le encomendaron producciones de figuras que serían legendarias en la música moderna
francesa. Especialmente, Claude Francois y Johnny Halliday. Sus triunfos en el ámbito
discográfico allanaron el camino para que se reconciliara con sus padres.
Siendo adolescente, descubrió a quien llegaría a ser famoso cantante francés Hervé Vilard
(1963).
Ya adelantado 1965, su progenitor lo reclamó para que ejerciera como productor asociado del
programa dominical La gran parada, de tres horas de duración, el cual acababa de establecer en
Televisión Española (TVE). Aquella experiencia se prolongaría hasta 1968. Mientras tanto,
continuaba vinculado a la Philips. Durante el período 1968-1970, fue anfitrión de El Hit Parade del
disco francés, audición que se emitía a través de un red de emisoras de Francia y, en España, por
Radio Intercontinental.
En 1983, precisamente por recomendación de su padre ̶ quien era muy amigo del polifacético
mexicano Raúl Vale y del productor argentino Hugo López ̶, se hizo cargo de los programas diarios
En vivo y Mundo Music, que los mencionados habían estrenado en KSCI TV / Canal 18 de Los
Ángeles. Entonces les renovó el formato, impartiéndole su sello personal. Ambos ocupaban dos
horas y media por las tardes y se repetían ya avanzada la noche. Editados, se vendían a televisoras de
toda América. En los mismos difundía y comentaba los videoclips de exponentes hispanos del rock,
el pop y los ritmos caribeños, a muchos de los cuales también entrevistaba. Compartía la animación
con la mexicana Martha García.
Detalle muy particular respecto a su figura es el hecho de que, por su aspecto físico ̶ trigueño, de
estatura más bien baja y los rasgos de su rostro ̶, así como por la fluidez con que hablaba español, un
gran sector de sus seguidores estaba convencido de que era mexicano. Durante las postrimerías de su
vida también produjo varios documentales dedicados a figuras legendarias del espectáculo para la
televisión norteamericana. Entre ellos, Giants of Rock’n Roll (1989), que le encomendó la cadena
HBO TV.
Un infarto cardíaco reclamó la vida de Roland Hilda cuando apenas contaba 45 años y disfrutaba del
instante cumbre de su carrera.
El autor de esta biografía lo entrevistó en 1984.
MLO / Septiembre 21, 1991.
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