Mayra «El Ciclón del Caribe»

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La bella y explosiva Mayra «El Ciclón del Caribe»:
Máximo símbolo sexual
femenino dominicano durante
la etapa gloriosa de Iris Chacón


Por Miguel «Mickey» López Ortiz
De Mis archivos de Artistas



Desde los albores de la década de los ‘70 hasta ya avanzado el siguiente decenio, el vedettismo era
una expresión artística dominante en el ambiente del espectáculo latinoamericano. En Puerto Rico, la
simpar Iris Chacón era reina absoluta, pues haciendo valer su bien merecido calificativo de «La
Vedette de América», generaba el frenesí entre su inmensa fanaticada con sus candentes contoneos,
sus pícaros y muy característicos gestos faciales y manera de hablar y, sobre todo, por lo
“buenísima” que estaba.

Mientras tanto, en nuestro hermano país, República Dominicana, la historia se repetía con otra bella y
explosiva muchacha que se había adueñado de las fantasías y sueños eróticos del público masculino
nacional, así como de la admiración y, en no pocos casos, envidia de sus compatriotas femeninas.
Su nombre: Mayra Álvarez Díaz, nacida en el humilde barrio Villa Consuelo, en Santo Domingo, el
6 de enero de 1952 (dos años menor que Iris).

No es exagerado afirmar que, durante el esplendor del vedettismo latinoamericano, para los
dominicanos, Mayra representó lo que para nosotros significó «La Chacón» (como siempre se
referiría a ella la comunidad homosexual); Lila Morillo para los venezolanos; Olga Breeskin para
los mexicanos y Zulma Faiad y Nélida Lobato para los argentinos.

Un nutrido sector de su todavía fiel e inmensa fanaticada recuerda que Mayra realizó sus primeras
presentaciones ante el público, a nivel aficionado, cuando apenas contaba ocho años de edad. A la par
que cursaba sus grados académicos regulares, se pulía como bailarina bajo la tutela de la reconocida coreógrafa Gladys Martínez.


Debutó como vedette en televisión en 1970,
el mismo año en que también lo hizo Iris Chacón.

Su debut como vedette, ya a nivel profesional, aconteció en el programa Osvaldo se va de ronda, que
el muy destacado presentador Osvaldo Cepeda y Cepeda mantenía en Radio Televisión
Dominicana o RTVD / Canal 4 −, en 1970. Justamente durante las mismas fechas en que Iris
Chacón hacía lo propio en Telemundo / Canal 2, poco antes de plantar su centro de proyección en
Rikavisión / Canal 7, desde donde se catapultó al estrellato.

Al igual que en el caso de la nuestra, el impacto que las actuaciones de Mayra en aquel espacio fue
contundente. Al cabo de muy poco tiempo, ya recorría los más exclusivos escenarios de su patria,
promocionándosele bajo el calificativo de «El Ciclón del Caribe». Su fama trascendió las fronteras
de Quisqueya, habiendo tenido oportunidad de acreditarse sendos triunfos en Haití, Venezuela,
Estados Unidos específicamente, Nueva York, Boston, San Francisco y Las Vegas e, incluso,
hacia 1975 llegó a presentarse en Puerto Rico.

Un notable compositor dominicano, Edmundo «Mundito» Espinal le dedicó el merengue Mayra,
que el cantante Marcos Caminero interpretó en el Festival de la Canción Dominicana (organizado
por el maestro Rafael Solano) y que alcanzó categoría de jitazo en 1984. Fernando Villalona lo
incluyó en el álbum ¡Llegó El Mayimbe! (Kubaney, CD-381-3), editado en 1994.

A partir del segundo lustro de los ‘80, Mayra «El Ciclón del Caribe» se fue alejando paulatinamente
del mundillo artístico. Según me informaron varios “cronistas de arte” como se identifican allá los periodistas dedicados a la farándula dominicanos, durante aquellas fechas se casó con un señor muy adinerado, radicándose en Miami. Desde entonces, aumentó de peso considerablemente.
Se retiró definitivamente los escenarios debido a que ya lucía obesa en los escenarios.

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