Guillermo Henríquez (1938-2013):
locutor dominicano que, durante 37 años,
mantuvo programa dedicado exclusivamente
a la música del puertorriqueño José Feliciano.
Por Miguel «Mickey» López Ortiz
De Mis archivos de Artistas
A Guillermo Abel Henríquez Dumois (n. y m. en Santo Domingo, abril 29, 1938 − febrero 8,
2013), destacado locutor, periodista y empresario del ambiente musical dominicano, se le reconoce
como uno de los pilares de la crónica de espectáculos en su País. Era hijo del matrimonio que
formaron Guillermo Henríquez Rosell y Graciela Dumois, así como nieto del insigne periodista,
poeta y educador Federico Henriquez y Carvajal (1848-1952), quien viviera 103 años. Su infancia
y su temprana juventud transcurrieron en La Habana, Cuba, donde su familia se estableció en 1939,
huyendo de la dictadura impuesta por Rafael Leonidas Trujillo Molina. Entonces én contaba un año
de edad. Sus grados académicos regulares los cursó en el Colegio Trelles, situado entre las calles 23
y B, en la aristocrática barriada Vedado. Posteriormente ingresó a la Escuela de Periodismo de La
Habana, donde − además de la materia principal − estudió Locución, Producción de televisión y hasta
tomó un curso de Actuación Dramática.
Al regresar a Santo Domingo en 1970, ya próximo a cumplir 28 años de edad, encontró cabida en
HCIM 860 AM / Radio Clarín como locutor, compartiendo con Pablo Garrido la lectura de las
reseñas informativas del Noticiario Radio Clarín. En 1975 se le encomendó la dirección de aquella
planta, donde aquel mismo año instituyó varios de los programas de mayor éxito en la historia de
dicha planta. Especialmente, el noticiario Buenos días, Santo Domingo (7:00-8:00 AM) y La
farándula en Santo Domingo (8:00-9:00 AM) − dedicado al acontecer del mundillo artístico
nacional − que se emitían de lunes a viernes. También, Una sombra, una voz y una guitarra
(domingos, 7:00-8:00 AM), en el que, teniendo como coanfitrión al banilejo Jessie Pepén, difundía
exclusivamente grabaciones del mundialmente famoso cantante, compositor y guitarrista ciego
puertorriqueño José Feliciano. Dicho sea de paso, el nombre de dicha audición fue motivado por el
título del álbum Sombra… una voz y una guitarra (RCA Victor, LPV-7528), el mismo en que
nuestro compatriota incluyó su máximo éxito en español, el bolero Amor gitano (del cagüeño Héctor
Flores Osuna), en 1967.
Instituyó el programa Una sombra, una voz y una guitarra
en Radio Clarín 860 AM en 1975 y, posteriormente,
hasta el final de su vida, lo mantuvo en Sonido Suave 99.3 FM.
Hacia 1980, Guillermo Henríquez − o «Don Guille», como se le apodaba familiarmente y en los
círculos artísticos − trasladó esta audición a HIBE 1180 AM / Radio Mil, manteniendo el mismo
horario dentro del bloque Domingo del recuerdo, iniciando para el mismo un nuevo ciclo de Buenos
días, Santo Domingo (8:30-9:30 AM) y produciendo y animado Pasando revista (2:00-4:00 PM).
En determinados momentos, nuestro biografiado también llevó sus audiciones y creó otras, incluso
deportivas, a H ICM 540 AM / Radio ABC − que también dirigió −, HICN 515 AM / Radio
Antillas, HIMS 570 AM / Radio Cristal, HIAS 1150 / Radio Onda Musical y HIG 950 / Radio
Popular. Una sombra, una voz y una guitarra culminaría su existencia a través de HIPJ 99.3 FM /
Sonido Suave, habiendo mantenido su vigencia durante 37 años.
El respaldo que este veterano comunicador dispensara a nuestro compatriota a lo largo de tanto
tiempo fue agradecido públicamente por éste, a través de varios medios, a raíz de que ganara el
premio Grammy − versión anglosajona − en la categoría de Mejor Álbum de Música Tropical por
su producción Señor Bachata (Universal Music Latino / Siente Music, CD-653532) el domingo 8 de
febrero de 2009. Sin embargo, algunos periodistas del medio artístico quisqueyano − allá se
identifican como “cronistas de arte” −, entre ellos Joseph Cáceres, del diario El Nacional,
lamentaron que, irónicamente, no se le invitara a alguno de los dos conciertos que Feliciano
presentara en el Teatro La Fiesta, del Hotel Jaragua, las noches del 18 y 20 de febrero siguientes…
a pesar de la promoción gratuita que Guillermo Henríquez le había dispensado. Cabe señalarse que
dichas funciones fueron las más exitosas entre las realizadas por artistas extranjeros en el país
durante ese año.
A raíz de que su álbum Señor Bachata mereciera el premio Grammy (2009),
nuestro compatriota le manifestó su agradecimiento públicamente.
Por otro lado, durante las décadas de los ‘70 y los ‘80, en sociedad con Wilfrido Vargas, fue
arrendatario del que fuera muy concurrido El Caribeño Night Club, localizado en el sector La Feria
del Centro de los Héroes, recordado como uno de los salones de baile más importantes de la plaza
dominicana. En determinadas etapas, también fue propietario del Piano Bar El Prestigio y del Piano
Bar Don Guillermo, en la zona capitalina de Ciudad Nueva, que sirvieron de taller a gran número de
artistas nacionales.
A mediados de la década de los ’80, incursionó en la pantalla chica compartiendo con Domingo
Bautista en la sección Los compadres del programa La súper tarde, que el referido coanfitrión
instituyó en Color Visión / Canal 9. En aquel espacio comentaba el acontecer político y social del
país. Igualmente, colaboró con J. Eduardo Martínez en la animación de El vacilón de la mañana a
través de Fiesta 105.7 FM. Durante sus últimos años, compartía con Johnny Arrendel, José
Carmona, Enrique Fernández y Henry Pimentel en el espacio Acción matinal, transmitido de
lunes a vienes a través de Supra 101.7 FM.
Al final de su vida sufrió graves quebrantos de salud
que minaron seriamente su situación económica.
Muy desafortunadamente, el ocaso de la vida de Guillermo Henríquez fue bastante doloroso.
Porque, los elevados costos de los tratamientos médicos ambulatorios que recibía para aliviar sus
padecimientos de diabetes, deficiencia pulmonar e hipertensión arterial, entre otras calamidades,
agotaron su economía, mientras que los ingresos que recibía se quedaban muy cortos para pagar los
medicamentos que necesitaba y sostener a su familia, que incluía una hijastra y varios nietos menores
de edad de quienes se había hecho cargo. Por consecuencia, se vio forzado a vivir junto a su esposa
Lidia Joseline «Jocelyn» Veras y los mencionados dependientes en una casa aquilada, situada en la
Zona Colonial. Su amigo y compañero en las lides radiales, el locutor Enrique Fernández, quien
ejercía como relacionista público de la Superintendencia de Electricidad, logró que tal dependencia
gubernamental no le suspendiera su servicio por falta de pago.
En 2006, el presidente de la República, Leonel Fernández, le asignó una modesta pensión y le
gestionó con el Instituto Nacional de la Vivienda (INVI) la aquisición de un apartamento propio, lo
cual se concretaría al final de su mandato en 2008. Inexplicablemente, llegado el momento, la
arquitecta Alma Fernández, directora del INVI, se negó a cumplir lo que le correspondía de la
promesa que el mandatario le había hecho a nuestro biografiado. Tan reprochable e inmisericorde
acción de la referida funcionaria le provocó profunda depresión agudizando sus ya graves males.
Guillermo Henríquez falleció en el Hospital Padre Bellini a eso de las 9:40 de la mañana del viernes
8 de febrero. Al día siguiente, sábado 9, se le habría amputado una de sus piernas. Además de los
antes mencionados, le sobrevivieron sus hijos Fernando, Jackeline, Esperanza y Guillermo Jr.,
más otros familiares.
Marzo 22, 2013.


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