Recordando a Alicia Parlá «Mariana» (1914-1998)
en el centenario de su nacimiento…
¡Primera vedette rumbera que
alcanzó fama internacional!
Alicia Cristina Parlá Navarrete (n. en La Habana, Cuba, enero 29, 1914 − m. en Miami, Florida,
EE.UU, octubre 6, 1998), conocida por todos los públicos bajo el más sencillo nombre de Alicia
Parlá y, durante sus primeros años de gloria, como Mariana, quedó perpetuada en la historia de la
industria del espectáculo como la primera vedette rumbera que alcanzó fama internacional. Fue la
segunda de las dos hijas procreadas por el médico oftalmólogo Luis Ramón Parlá Orduña y Laura
Navarrete. Provenía de una familia muy acaudalada que consideraba a la rumba una expresión de
vulgar... aunque, de todas maneras, ella la bailaba desde que apenas contaba cuatro años. Uno de sus
tíos, Agustín Parlá Orduña (1887-1946), fue el primer aviador cubano, habiendo pilotado un avión
por primera vez − entre Mariel, Pinar del Río y Key West − el 19 de mayo de 1913. Debido a la
inestabilidad política que enfrentaba el país, su progenitor la envió a Key West, Florida (EE.UU), con
su esposa y su otra hija, Zilia. Allí estudió en el Convento de María Inmaculada y, a instancias de
su padre, se hizo mecanógrafa, oficio que comenzaría a ejercer... casi tres décadas después.
Alicia Parlá apenas contaba 16 años cuando, con su madre y su hermana, fue a vivir a Nueva York
en 1930. Poco después de cumplir 17, consiguió empleo como vendedora de cigarillos en un cabaret
situado en Greenwich Village. Una noche se ofreció a suplantar a la bailarina española que estaba en
cartelera y que había enfermado. Al dueño no le quedó otra alternativa que aceptar la propuesta.
Jamás se arrepentiría, pues la improvisada debutante causó sensación. Providencialmente, en el
edificio donde radicaba también vivía un profesor de baile conocido como «Carrerita». Luego de
éste conocerla y brindarle algunas lecciones, le informó que Don Aspiazu estaba realizando
audiciones para escoger a una rumbera con la que viajaría a Europa. Aquel maestro logró convencer a
la madre de nuestra biografiada para que le permitiera audicionar. Finalmente, Alicia resultó
seleccionada entre más de 150 aspirantes.
Su debut con el espectáculo de Aspiazu aconteció en el Paramount Theatre, en Manhattan. Y,
después de una gira por varias ciudades norteamericanas, en 1932 emprendió un intenso e histórico
recorrido por Europa que comenzó en el cabaret Empire Club, de París (julio 14). En septiembre,
tuvo oportunidad de aparecer bailando la rumba Por tus ojos (original de Aspiazu) en la película
Espérame (Paramount Pictures), protagonizada por Carlos Gardel en Joinville. Más adelante,
también con la orquesta de Aspiazu, cosechó resonantes triunfos en el Casino de Montecarlo y en
los más exclusivos escenarios de España, Alemania, Austria, Hungría, Egipto, Marruecos, Suecia,
Los Balcanes e Inglaterra. A lo largo de esta etapa se le anunciaba bajo el nombre profesional de
«Mariana».
Tuvo destacadas actuaciones en películas
cubanas, mexicanas y hollywoodenses.
Alicia Parlá se alejó de los escenarios en 1935, al contraer nupcias con el hacendado Antonio
Fuello. Durante los dos años que duró aquel matrimonio − el cual naufragó por causa del espíritu
parrandero y donjuanesco de su marido − vivió en una finca de Pinar del Río, donde nació su
unigénita Ileana. Tras su divorcio, reanudó su actividad artística. Entonces, luego de reaparecer ante
el público agotando una clamorosa temporada en el Casino Nacional de La Habana, emprendió una
nueva gira por Europa. Fue durante esta etapa que vivió las experiencias de enseñar a bailar la rumba
a la súper-estrella negra norteamericana, naturalizada francesa, Josephine Baker y al Príncipe de
Gales, Eduardo VIII.
Poco después de casarse con el pelotari vasco Guillermo Amuchástegui «El Monarca de la
Cancha» (unión que se prolongaría quince años y que se vendría abajo debido al crónico alcoholismo
en que él se sumiría) y de presentarse en el cabaret habanero Sans Soucí encabezando la revista
montada por el coreógrafo Miguelín Tray, se radicó en Ciudad de México. En esta plaza trabajó en
teatros y cabarets durante el período 1943-1948. También tuvo actuaciones estelares en tres películas:
El Corsario Negro − con Pedro Armendáriz − y Esclavitud, producción méxico-cubana dirigida
por Agustín P. Delgado en la que compartió con Cecile Abreu, Estela Morín, Miguelito Valdés y
sus homólogas Luisita Alfonso, María de los Ángeles Santana y la puertorriqueña Myrta Silva
(1944) y La pasión de un Dios (1945).
En 1948, el famoso coreógrafo y productor Sergio Orta la reclamó para encabezar los espectáculos
que montaba en el cabaret Mont París, en Manhattan. Para esas fechas, apareció en dos producciones
hollywoodenses: The Black Privatten y The Angry God (Carlisle Productions, 1948). Al año
siguiente, 1949, con una revista creada por Orta, realizó una extensa gira por Estados Unidos y
Canadá. Ya entrados los ‘50 retornó a La Habana. Su tercer y último esposo fue Armando Galis
Menéndez, funcionario del gobierno de Fulgencio Batista. Éste fue encarcelado a raíz del “triunfo”
de la Revolución Cubana. Mientras tanto, aquel mismo año (1959) ella se radicó en Miami, Florida
(EE.UU), donde se desempeñaría como mecanógrafa y asistente administrativa del Hospital Victoria
durante más de 20 años. Galis Menéndez recuperó la libertad en 1961 y, poco después, ambos
decidieron divorciarse. Él fallecería en La Habana, en 1988.
Fue la primera hispana que apareció en la portada de Vogue
y la primera rumbera que mereció titulares de primera plana
A Alicia Parlá se le recordaría como una mujer de impactante belleza, muy culta, que hablaba inglés
impecablemente y que mantuvo una admirable lozanía aún octogenaria. Le corresponden otros dos
méritos muy significativos: haber sido la primera hispana en aparecer en la portada de la prestigiosa
revista Vogue y la primera artista de su género que mereció reseñas con titulares de primera plana en
los diarios norteamericanos. Era habitual asistente a conciertos y espectáculos y mantenía vínculos
amistosos con muchas personalidades del mundillo artístico. Incluso, durante la inauguración del
Café Nostalgia, en la Calle 8 Núm. 2712, volvió a bailar – improvisadamente – para la concurrencia.
Marion Sunshine (1894-1963) le dedicó la rumba Mariana, que fue grabada por Don Antobal y su
Orquesta en voz de Chick Bullock (Brunswick 7674) el 4 de mayo de 1936. Valga señalar que la
referida compositora y actriz estrella de Broadway era esposa del cubano Don Antobal, hermano de
Don Azpiazu.
Falleció en Miami, Florida (EE.UU), el 6 de octubre de 1998, a consecuencia de cáncer. Como última
voluntad, pidió que sus restos fueran incinerados y sus cenizas lanzadas al océano lo más cerca
posible de Cuba. También, que durante su velatorio (mismo que se celebró en la Iglesia Saint
Raymond temprano en la tarde del jueves 8 de octubre), se ejecutaran sus tres melodías favoritas:
Aquellos ojos verdes (de Menéndez & Utrera); Tú (habanera de Eduardo Sánchez de Fuentes) y
Ausencia (de Jaime Pratts). Fue complacida por un dueto de violín y órgano. Le sobrevivieron su
hermana Zilia, su hija Ileana y sus nietos Arturo y Alfredo Comas. Su imagen y algunos pasajes de
su trayectoria artística se perpetúan en el documental Havana: Portrait of Yesteryear (WPBS TV,
1999), producido por Mario De Varona, Joe Cardona y Amy Serrano, dirigido por ésta última, con
la estrella pop Gloria Estefan como narradora.


No hay comentarios.