Nuestro tributo a Arelis Aquino (1967-2008)

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Única vedette dominicana

que logró cimentar cartel estelar proyectándose desde Italia



Por Miguel «Mickey» López Ortiz

De Mis Archivos de Artistas




Luego de haber recorrido gran parte de América como bailarina del Ballet Folklórico Nacional dirigido por su maestra y mentora Josefina Miniño y el espectáculo de Juan Carlos y su Rumba Flamenca, la exuberante mulata Arelis Aquino (n. en Quija Quieta, San Juan de la Maguana, RD, enero 21, 1967  ̶  m. en Roma, Italia, marzo 15, 2008) lograría cimentar en Italia el cartel que, como vedette, siempre soñó. Su exótica belleza caribeña y la explosiva personalidad que proyectaba a través de sus interpretaciones de pimentosos merengues cautivaron al público italiano que la hizo suya. En aquel país europeo, una de las plazas más importantes del mundo para los artístas de todas las disciplinas, transcurrieron los tres últimos lustros de su vida.

Que recordemos, antes que ella sólo la cubana Chelo Alonso había sido la única vedette proveniente de las Antillas que, radicando en Italia, logró proyectarse a nivel internacional. En el caso de ésta, especialmente a través del cine a partir de los postreros ‘50. Arelis lo hizo a través de la televisión, aunque su trabajo abarcó todos los medios.

Siendo muy niña comenzó a evidenciar su vocación artística cantando y bailando en funciones estudiantiles y actividades celebradas en su comunidad. Ya adolescente, solía ser acompañada en sus actuaciones por un conjunto dirigido por Víctor Antonio «Maquini» Guzmán. Sus compueblanos siempre recordarían que, siendo tan jovencita, tuvo la iniciativa de gestar, con la colaboración de compañeros de escuela y algunos vecinos, la que fuera Asociación de Arte y Cultura de San Juan de la Maguana. 

Cuando contaba quince años tuvo oportunidad de conocer al polifacético Anthony Ríos, a la sazón productor y anfitrión del programa meridiano Fiesta, que transmitía Teleantillas / Canal 2. Anthony, quien había ido a San Juan de la Maguana, en la región Sur del país, a cumplir un compromiso profesional, recibió tan buenas recomendaciones y referencias sobre la juvenil aspirante a figura del mundillo artístico que, ante tal circunstancia, no vaciló en invitarla a presentarse en aquel exitoso y recordado espacio.

A raíz de su auspicioso debut en Fiesta, al que regresaría varias veces, nuestra biografiada se radicó definitivamente en Santo Domingo. Lo primero que hizo entonces fue matricularse en la Academia de Baile dirigida por la prestigiosa coreógrafa Josefina Miniño, quien se convertiría en su mentora. Allí fue la alumna más aventajada del inolvidable coreógrafo puertorriqueño Carlos Figueroa «Kali Karlo», aunque también recibió las enseñanzas de doña Josefina, quien al cabo de un período de adiestramiento, la incorporó al Ballet Folklórico Nacional que, junto a Fradique Lizardo  ̶ a quien reemplazó en la dirección en 1984  ̶, Altagracia Peña, Nereida Rodríguez y Moisés Vargas, había fundado el 14 de febrero de 1975. Integrando esta organización, tuvo oportunidad de viajar a Colombia, Curazao y Venezuela. En el interín, utilizando unas pistas que le había preparado el reconocido pianista y orquestador Juan Valdez, se presentaba en otros programas televisivos y en festejos populares y privados, siendo promocionada entonces como Arelis «La Insaciable».


El cantante español Juan Carlos García, director del grupo coreográfico femenino Rumba Flamenca, la dejó abandonada 
a su suerte en Argentina, en represalia por haberle reclamado 
que cumpliera su compromiso profesional con ella.


Durante uno de aquellos viajes, Arelis Aquino conoció al cantante y guitarrista español Juan Carlos García, director del grupo de revista musical Juan Carlos y su Rumba Flamenca, integrado completamente por bailarinas que ejecutaban coreografías mientras él cantaba. Éste la reclutó para el espectáculo Destape a la española. Fue con él que regresó a Santo Domingo para realizar serie de actuaciones en la capital quisqueyana y, seguidamente, continuar su recorrido por el Caribe y Sudamérica.

Sin embargo, nuestra biografiada siempre guardaría un amargo recuerdo de su pasantía por el grupo de García. Según relató a este periodista, el referido no era inclinado a cumplir con las responsabilidades que contraía con las bailarinas. Y, luego de culminar una temporada de presentaciones en Argentina, la abandonó a su suerte en tan lejano país, sin dinero (o sea, no le pagó) y sin alguien que se ocupara de ella, en represalia por haberle reclamado lo que consideraba que merecía y aquel le había prometido. Finalmente, gracias a la intervención de Johnny Ventura, pudo salir de tan terrible aprieto y regresar a su patria.


En 1988, también apoyada por Johnny Ventura, esta talentosa e inquieta muchacha tuvo que viajar a La Habana, Cuba, para someterse a una operación a corazón abierto. Porque, muy desafortunadamente, desde muy jovencita y durante toda su vida, padecería de insuficiencia cardíaca. Una vez restablecida, se incorporó a la revista de cabaret Sabor a Cuba, que se presentó en varios escenarios internacionales. Al regresar a Santo Domingo, 1989, organizó su propio espectáculo, Ritmo, sabor y belleza, con el que recorrió las principales ciudades de su país hasta mediados de 1990 cuando marchó a Roma, contratada por la poderosa cadena Radiotelevisión Italiana (RAI).

Para esa empresa se convirtió en figura permanente de la serie No e mai troppo tardi (en español, Nunca es tarde), siendo la asistente del presentador de la misma, Gianni Ippoliti. También aparecería en programas de variedades y películas. Paralelamente, trabajaba como modelo de pasarela perteneciendo a la agencia Perfecto de Roma y educaba su voz con el maestro Gianni Delorzo.


Desde muy jovencita padeció de insuficiencia cardíaca,

por lo que tuvo que soportar tres operaciones a corazón abierto.


En 1991, Arelis Aquino hizo un paréntesis en su cargada agenda de compromisos en Italia para caracterizar a uno de los personajes principales de la telenovela, de 30 capítulos, Catalino, el dichoso / En la boca de los tiburones, escrita y dirigida por Julio Samuel «Jimmy» Sierra y protagonizada por Ángel Mejía en RTVD / Canal 4. Valga recordar que este melodrama fue la segunda parte de la titulada, simplemente, Catalino el dichoso (1989), que pasó a los anales históricos como la primera telenovela dominicana.

De vuelta en Italia, se unió al elenco permanente del nuevo programa de variedades Fantástico 12, que tuvo como presentadores a Johnny Dorelli y Rafaella Carrà y cuya estrella principal era el comediante Gianfranco D’Ángelo. Y, precisamente con el nombre de Fantástico Latino bautizó al cuarteto coreográfico  ̶  compuesto por cubanos y dominicanos  ̶ que creó para que la acompañara mientras ella actuaba en el referido espacio y en salas de fiesta de toda Italia. Ese mismo año, su representante Tony Parlamento le produjo un Extended Play (EP) con las selecciones Fiesta y Pedro Nadie (en español) y E Sognando y Selvaggia Donna (en italiano).

Tras concluir aquella serie, en el mismo canal, RAI Uno, volvió a compartir con Gianni Ippoliti, esta vez en C’era una volta fluff, y con Sebastián Osma en Utile futile. Luego, en el Canal 5, figuró en el elenco de Sarà veroe Casa Castagna, cuyo anfitrión era Alberto Castagna. Con Alessandro Cecchi Paone compartió en Giorno per giorno. Para entonces, su figura ya había adornado las portadas de la mayoría de las revistas especializadas en el ambiente del espectáculo y las primeras planas de numerosos periódicos. Por otro lado, tuvo una hija, Francesca Calvario, de cuyo progenitor poco ha transcendido a nivel público, ya que ella era muy reservada ante la Prensa en lo referente a ese aspecto de su vida, lo cual contrastaba sobremanera con su desempeño en los escenarios, donde se mostraba sumamente desinhibida e irreverente.

A nivel discográfico su proyecto más importante fue el álbum Con sabor a merengue / Regina del merengue (Piggi, PG-C.9601), editado en 1995 y cuya producción estuvo a cargo de A. Portaro. Este disco contiene las siguientes piezas: Caramba, Caricias de amor, Junto a ti, Mujer salvaje, Nostro amor, Perfumo d’amor y Yo te amaré (originales de A. Portaro & A. Giordano); Bailando lambada (de Gianferrari & Learco); Corazón salvaje (de Luis Demetro, pero erróneamente acreditado a Fernando Villalona); Diablo (de Luis Alva) y El baile del perrito (de Winston Paulino & Wilfrido Vargas).




 En Italia grabó el álbum «Con sabor a merengue / Regina del merengue» (Piggi, P.G. C.9501), 1995.

A partir de la primera década del presente Siglo 21, Arelis Aquino se vio forzada a frenar su agitado tren de trabajo, debido a su viejo padecimiento de insuficiencia cardíaca. Al punto que, además de la operación a corazón abierto a que había sido sometida en La Habana, en 1988, fue preciso practicarle otras dos en Roma, a las cuales sobrevivió milagrosamente. Durante sus períodos de recuperación, escribió y publicó dos poemarios en italiano: La Voce del mio Cuore y Solo Ilussioni.

Lamentablemente, una trombosis coronaria la dejaría sin vida, mientras celebraba el cumpleaños de su unigénita, el sábado 15 de marzo de 2008. Sus restos fueron trasladados a su patria y sepultados en el Cementerio de su natal San Juan de la Maguana. q 

NOTA: El grueso de la información biográfica que aquí les ofrezco, fue tomada de la entrevista que Arelis me concediera, realizada en mi oficina en la sede de la revista Artistas, en el sector santurcino de Miramar, como parte de una serie para la cual hice lo propio con todas las bailarinas de Juan Carlos y su Rumba Flamenca en 1988. Durante aquellas fechas, el grupo se presentaba en un hotel de Isla Verde. Los datos referentes a su actividad artística posterior a aquel año, los tomé de reportajes aparecidos en la Prensa dominicana e, incluso, en Internet.  

Al reseñar la noticia de su fallecimiento en Italia, los escritos aparecidos en los diarios de su país  ̶  obviamente, tomados de un Comunicado de Prensa, pues todos decían exactamente lo mismo, excepto con titulares diferentes  ̶  señalaban que “acababa de cumplir 40 años en febrero”. La fecha de su nacimiento, que incluyo al comienzo de esta biografía, enero 21, 1967, me fue revelada por la propia Arelis Aquino. Así que había cumplido 41, no en febrero, sino en enero. M.L.O.







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